Ansiadas vacaciones de nuevo. Ahora tienes tiempo para realizar todo lo que habías planeado. Pero va a ser que no. Una inmensa apatía te invade y te vence. Abres un ojo con los primero rayos de sol pero eliges quedarte en la cama y seguir durmiendo. Te levantas como si te hubieran dado una paliza y vas directo al sillón. No tienes ganas de nada. Tampoco de alcanzar el libro que está en la mesa, a pocos centímetros de tu mano. Por fin lo coges pero, tras las primeras páginas, te quedas adormecido. Las gotas de sudor que resbalan por tu frente te despiertan. Comida, tele, siesta, lectura, ordenador... ¡Otro día igual! El sopor te domina y la abulia te lleva de la mano. Pasa el tiempo y los planes van directamente al cubo de basura... Hasta el año que viene.
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