jueves, 30 de junio de 2011

Mi persona



Detrás de mi persona, estoy yo. Pero nadie me reconoce. Sólo los que los que logran distinguirme entre la niebla cotidiana.

Somos lo que recordamos


A veces, cuando eres serenamente feliz, temes que todo sea un espejismo, que todo sea fruto de una euforia pasajera, que los sentimientos que afloran a flor de piel no son más que espejismos. Y sin embargo todo está ahí. Efímero pero consistente. Tan sólo el tiempo borrará esta sensación tan real. Pero queda la memoria. La vida está hecha de pequeños momentos. De pequeños trozos de memoria. Por eso perder la memoria es perder la vida. Pese a que el cuerpo nos recuerde el paso inexorable de los días, la mente, inmune al deterioro orgánico, se niega a reconocer que ya no somos como antes, que ya no somos los de antes. Por eso somos memoria viva y vivimos en nuestra memoria y en la memoria de los que nos conocieron. nada más... Y nada menos.

Esperanza 15M

Y de repente, estalló. La gente empezó a pensar. ¿Por qué tenemos nosotros, los de siempre, que pagar la crisis? ¿Por qué, además, los que la provocaron salen adelante a nuestra costa? ¿Por qué se proponen las soluciones económicas de siempre? ¿Por qué nuestros políticos nos vuelven la espalda?... Una confluencia de sana indignación, un movimiento sin líderes, unos foros donde todos pueden hablar, un estallido silencioso y no violento. No sólo democracia real sino también pura anarquía, la verdadera cara de la anarquía. No la que se tiñe de violencia desbocada y sinsentido, sino la creativa, la que se autoorganiza, la que no sólo protesta sino que ofrece respuestas creativas. En el desierto de la crisis, ha germinado una flor silvestre, sin dueño y sin domesticar. Ha germinado una democracia real, la democracia libertaria.